Variedades de un miercoles comun

El sábado fui a un bar que estaba buenisimo. Pero estaba vació. Era un cumpleaños. Era a las 23.00. Llegamos a las 3am. Es que no se podía dejar el mundial de la play. Jugar con Persu es un vicio. En el bar estaba Sergio Rottman de los Cadillacs, estaba con Francisco Bochaton de los Peligrosos Gorriones. Ah perdón, no fue el sabado, fue el viernes.

El sábado fui a un bar donde estaban dos amigos tomando sidra tirada. La realidad a veces es dura. Estamos viejos, y se nota. Se habla de enfermedades, de mudanzas, de laburo, de pibes, o de quienes tienen pibes, de algún que otro amigo, de algún viaje pasado o futuro, de facebook y sus novedades, pero nunca se toco el tema de las minasssssssssssssss. Estos dos amigos tenían poco para contar. Ups (no revelare quienes son pero uno es blogger y no es el mismo del viernes).

En la oficina tenemos una compañera que esta internada en un neuropsiquiatrico. Desde hace un tiempo. Hay un saquito de ella, que lo apodamos, La Macumba. Ayer quise deshacerme del saquito, para que cambie la vibra. El saquito hoy apareció de nuevo en el escritorio de la recepción. Evidentemente es cosa de creer o reventar.

Hoy vi a una mina que iba conmigo al colegio. Totalmente, estamos viejos. Lucia zapatos de vieja, pollera de vieja. Cara de vieja. Pero igualmente mantenía su encanto. Encanto viejo, claro.

En las ultimas semanas, comí en Carlitos, en Burguer, Mc, sandwichs, birra, fernet, empanadas, pizza, vodka con fanta, helados, tragos sabrosos. Todo lo que hace mal y me encanta. Pero lo que hace mal, a veces hace bien, también.

Tengo ganas de volver a escribir. Digo, cosas como escribía hace un tiempo. Pero no lo se. Me gustaría también sacar un nuevo disco con mi proyecto musical, llamado Funkires. No se. Veremos, nada es tan sencillo como parece. Odio no ser perseverante.